Historias de cerca.

Ayer estaba en Carrefour, y sin quererlo, me enteré de lo difícil que es la vida para algunos.
Allí, en los servicios financieros, había un chico latino, joven, con su camiseta albiceleste de seguramente al que era su selección favorita.
La señorita que le atendía le preguntaba:
-¿Cuánto quires pagar?. ¿90, 60?.
- Si pudiera ser menos...
-¡¿30?!. Vale pero vas a tardar mucho.
- No importa prefiero 30.
- Pues son 30€ por 10 meses, 300 más 60€ al finalizar los 10 plazos.
Asintió el chico con la cabeza, la entregó su cartilla del banco o caja con el que trbajaba. Tenemos manía de decir "mi banco o mi caja" cuándo son ellos los que nos tienen a nosotros...Y ahí empezó el calvario para el muchacho: ¿Tienes nómina?, ¿tienes casa?, ¿tienes coche?, ¿cómo es tu contrato?...El chico contaba las cosas sincero, decía que le renovaban cada dos meses, y que no tenía nada más.
- Lo siento, no te lo podemos dar.
Cabizbajo y desanlentado cogió su cartilla y se le dispuso a marcharse. Le noté incluso avergonzado. Lleva sus botas de trabajo llenas de yeso blanco y sus pantalones denotaban que iba a currar ahora mismo, o venía de ello.
Señores, estamos hablando de 360€ que quizá quisiera para ver el fútbol en una tele de esas nuevas de ahora. Encima tienes que irte de allí avargonzado, porque según ellos no eres capaz ni de pagar 30 putos euros al día.
Ellos, los que nos animaban cuándo hacíamos nuestras hipotecas a pedir más para el coche o los muebles. Ellos que nos daban el crédito personal con tan solo llevar la última nómina. Ellos que nos han hundido en el fango, ahora por si se te ocurre nadar hacía arriba, están allí para hundirte con su debastador pie en la cabeza.
El Dr Muhammad Yunus, concedió miles de microcréditos en Bangladesh para la gente pobre, sin más aval que la expresión de su cara. Nueve de cada diez créditos le fueron devueltos. Premio Novel de la paz en 2006, pero carrefour, no quiere saber nada de esto.
El problema de toda esta mierda, es que no va ir a mejor. No aprenderemos ni siquiera de esta terrible crisis y en cuánto podamos, volveremos a ser ricos, en carrozas de calabaza.