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jueves, 14 de abril de 2011

Nos piden "creer".

Haber si no se nos ha olvidado contar: 3000 años de condena. Ha cumplido 24 y ya está en casita. Autor de 22 asesinatos, con casi 3.000 años de condena y 24 años en la cárcel el etarra Antonio Troitiño, uno de los miembros más sanguinarios de la banda terrorista durante la década de los ochenta, quedó ayer en libertad, seis años antes de lo previsto. José María Sagarduy Moja, otro de la banda terrorista, cumplió 30 años y 9 meses, el máximo legal, también salió ayer. ¿Osea que te cargas 22 personas, y destrozas la vida de todos los amigos y familiares de esas 22 personas, y sales a la calle con tan solo 22 años de condena?. ¿Ah, que solo se pueden cumplir 30 años cómo máximo en España?. ¿Y tú amigo lector, piensas que después de 30 años, esas viudas, esos hijos, esos amigos han olvidado ya a su ser querido?. La justicia española es una mierda, una PUTA MIERDA. Estamos hartos de ver a gente cómo Mario Conde, estafadores y avariciosos sin cuartel, cumplir condenas ridículas, y luego estar en los medios de comunicación como si nada, o escribiendo libros. Y a ti, ciudadano de a pie, si te metes en pleno verano debajo del un pino en el parque a tomarte una cerveza, te pueden echar de malos modos e incluso llegar a imputarte algún cargo de escándalo público. Yo les vi ayer en la tele. No son tan viejos. Pueden volver a participar, con toda su experiencia, en la banda. Y aunque me imagino que 24 años a la sombra te ablandan el coco, también son años suficientes para fraguar y macerar una venganza. Personalmente, yo para asesinos de ese calibre (etarras o no) les dejaría al menos hasta que cumpliesen una edad en la que ya no tengas fuerzas más que para dar algún que otro paseo. Por cierto, y en alusión al título, diré que me cuesta creer en la justicia. Aún no me he desengañado del todo, pero falta poco.

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