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lunes, 11 de abril de 2011

Referéndum independentista catalán.

Ahí van los datos: El referéndum independentista en la ciudad de Barcelona se ha saldado con una participación más alta de la que esperaban los organizadores. Claro que el referéndum tiene luces y sombras: la participación es más alta porque, para prevenir fracasos, la plataforma Barcelona Decideix se había fijado como objetivo un exiguo 10%. La recogida de votos se lleva haciendo desde hace cuatro meses. Podían hacerlo también los jóvenes de 16 a 18 años y los inmigrantes. Ha ganado el Si. Mi reflexión: Estoy enormemente satisfecho con este resultado. La sociedad catalana ha hablado. Sólo uno de cada cinco ciudadanos barceloneses (han ido sondeando por zonas, no todo el territorio catalán a la vez) ha votado en dicho referéndum. Y eso que han tenido cuatro meses para ir a votar, si hubieses sido un día, y este hubiera salido de esos soleados típicos de montaña o playa… Estoy en contra de los nacionalismos. Me da mucha rabia cuándo voy a un lugar del territorio español y algunos no ceden a cambiar su dialecto por el idioma nacional. Pero afortunadamente son eso, uno de cada cinco. Y estoy contento. Contento por ver que a los catalanes (a la gran mayoría) se la trae al pairo estas cosas. Yo he ido allí bastante, y tengo la opinión de que los políticos, y poco más, son los culpables de dichos fanatismos. A la sociedad catalana (igual que a la castellana, andaluza o madrileña) le importa que su día a día sea lo mejor posible. Ir al trabajo, relacionarse con sus vecinos, familiares y amigos, llegar a casa, cenar con sus hijos, y pasar los meses lo mejor posible. Y bastante tienen con pagar sus facturas e impuestos, como para estar pensando en independentismos. Muchos hablan en catalán, pero es entre ellos. Y si te acercas rápido cambian al español. Si, si, ya se que alguno ha tenido alguna mala experiencia con ellos, pero son más las satisfacciones que las decepciones. En definitiva, el resultado es bueno. Bueno para que la clase política reflexione y se ponga a trabajar por lo que de verdad interesa, y no moleste al ciudadano con minucias de éstas.

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