Cálcula tu distancia recorrida.

lunes, 21 de febrero de 2011

Hubiese ganado con este mate...

Si, espectacular como siempre el All-star game de basket americano.
Impresionante y original el último mate del ganador. Aunque me ha
dicho un pajarito, que esto está muy de moda en USA...Y por el lado "alto".
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jueves, 17 de febrero de 2011

Intervención de los GEO en Cartagena

Se me pone la carne de gallina, cuándo leo alguna noticia sobre los GEO.
Hacía tiempo (por fortuna) que no se escuchaba hablar de ellos. Y es que cuándo les toca intervenir a ellos, la cosa ya está muy muy fea.
Imaginad el momento. Casco urbano de Cartagena (Murcia) en la madrugada. Bandas rivales se lían a tiros. Un tirador de esas bandas, apostado desde una de las plantas de un hospital, tenía una posición inmejorable para realizar su misión, ¡matar!.
La radio ya está diciendo que han reducido al tirador. Que hay un herido grave con impacto de bala en la cabeza, y dos detenidos. Esperemos que el herido sea el tirador de la banda. Y no me extrañaría que lo fuese, porque los GEO apuntan allí dónde saben que vas a caer fulminado, sin darte ni un segundo más apretar más el gatillo.
Intenta pensar como esta gente: En cuestión de minutos, desarrolla un plan casi perfecto, y lo llevas a cabo con una precisión admirable. Y no son máquinas, son hombres como tú y yo.
Recuerdo muy vagamente cuándo era niño, una noticia de los GEO, que entraron a rescatar a un rehén, que se encontraba en un zulo, con sus secuestradores. Aún cuándo volaron la puerta, y el secuestrador sujetaba al rehén apuntándole con un arma, el GEO entre el humo y con el climax del momento, le descerrajó un tiro entre ceja y ceja, dejándolo fulminado. No se confundió de objetivo, no falló en su disparo. “Iken-isatsu” lo llamamos los karatekas a eso, “matar de un solo golpe”.
Impresionante. Debemos estar orgullosos de uno de los cuerpos de élite español, que se codea con otros de la talla de los Marine norteamericanos.
No todo lo hacemos tan mal los españeles, no todo.Ver demostración GEO. Pincha aquí.

martes, 15 de febrero de 2011

La ley del anti-tabaco.

Antes de empezar, me describo en cuándo a lo de fumador ser refiere:
No soy fumador. Tan solo me fumo unos pitillos si alguna noche salgo de fiesta por la noche, cosa que viene sucediendo una vez al mes o más. Ya va uno para mayor…
He sido camarero de fin de semana durante unos 15 años, dando bodas y banquetes. Es decir, dónde más se fuma, y además puros.
Ventajas:
Los fumadores (o al menos un gran número de ellos) han disminuido su consumo habitual de tabaco.
El gobierno ahorrará en gastos de cáncer de pulmón, más que ingresará por impuestos del tabaco.
La ropa y pelo, ya no nos huele a humo al estar en el bar. Tampoco se nos meterá el humo en los ojos.
Ya no somos fumadores pasivos.

Inconvenientes:
Menos ingresos por impuestos, aunque a esto le contesta la ventaja número dos citada anteriormente.
Pérdida de clientela en los bares.

Analizando. Está claro que las ventajas son más y de más peso que los inconvenientes. Además, no va a haber competencia, puesto que la ley es para todo el mundo. Ya no valen las salas separadas ni cosas por el estilo.
¿Pero?. Siempre hay un pero. Hablando con algún propietario de algún bar, me ha comentado que ha perdido ingresos en cuándo la ley ha entrado. Sobre todo en los partidos de fútbol. Es normal, y más si vives en una ciudad como Ávila, en la que si te sales a fumar un cigarro ahora en invierno, lo mismo te quedas del “pasmo”.
Y es muy triste hablar con gente que con esta maldita crisis, ha visto bajar sus ingresos hasta el límite de la subsistencia básica.
También ha salido mucho facha diciendo que en su bar se dejaba fumar por sus cojones, amenazando públicamente a todo el gobierno. Le esperaba mujer y tres hijos en casa mientras estaba declarando en comisaría, y creo haber oído que durmió en el calabozo, más la consiguiente y cuantiosa multa que le han impuesto.
Pero son pequeñas historias, que van formando la GRAN historia, y algunas te entristecen demasiado.
La solución que se me ocurre a priori, era haber introducido está ley, pero cuándo hubiéramos levantado un poco el vuelo. Cuándo los hosteleros tuviesen algo más de margen para apaliar esas pérdidas.
Claro, que si el gobierno utiliza el dinero ahorrado en tratamiento oncológico, en asistencia a parado, o para recuperar las arcas de nuestra seguridad social.¡Qué difícil es gobernar!. ¡Haber cómo acertamos!.
Sea como sea, yo espero que este año 2011, será el año de acostumbrarse a fumar en la calle, y luego ya será una cosa rutinaria, al igual que nos hicieron llevar el casco en ciudad con las motos, cinturón de seguridad en cualquier terreno, y decenas de normas más, que hemos acatado sin rechistar.

martes, 1 de febrero de 2011

EL CAMINO DE LA MANO VACÍA



Seguro que más de uno está diciendo qué titulo de entrada es ese. Pues bien, creo que no he hablado nunca aquí de mi segunda afición (la primera son los mercados) y ya va siendo hora de que os comente algo.
“El camino de la mano vacía” es el Karate Do, y no el karate como dice tanta gente. Taekwondo, Ju do…Todos estos artes marciales terminan en Do, y no hay que omitirlo.
El Do es lo que más sentido da a la palabra que le precede. El Do tiene un sentido muy amplio, tanto como el camino que recorremos en nuestras vidas.
Quisiera dejar bien claro que el karate do no es un deporte. Hoy en día consideramos deporte a comer croquetas…ya todo nos vale.
Esto es un estilo de vida. Cuándo uno decide practicar karate do, decide someterse a un arte marcial, que es exactamente lo que es. La marcialidad es sinónimo de disciplina. En la mili así me lo dijeron también. El servicio militar está basado en la marcialidad, en la disciplina.
Un karateka o budoka, debe de ejercitar su cuerpo y su mente. También tiene que ir buscando el perfeccionar su carácter día a día. Llegar a coordinar cuerpo y mente es una tarea que lleva años de entrenamiento y disciplina.
El buen karateka, debe de llevar su Dogi (traje de entrenamiento) limpio y planchado. Debe de cuidar su etiqueta y su aseo personal. Debe de ser cortés y respetuoso y ponerse siempre de lado del más débil. No quiere decir esto que no puedas usar tus conocimientos si la situación lo requiere, si temes por tu vida por ejemplo.
La gran mayoría de la gente nos tiene por seres peligrosos. Y es que en esto, como en todo, también hay gente que lleva “a su manera” la práctica del karate do, machando un arte marcial centenario, haciendo y utilizando las técnicas sin razón alguna.
He tenido, tengo y tendré, muchos baches en la vida. Incluso hubo años en los que me alejé de la vida sana y saludable que siempre me ha gustado llevar. Demasiadas noches, y muchos días sin ganas ni cuerpo de ir a entrenar.
Recuerdo hace años, que llevaba ya tres semanas sin aparecer por el Dojo (lugar de entrenamiento) y no tenía ya motivación alguna para volver. Fui al armario a deshacer la bolsa con el traje dentro. Ya había decidido no ir, ¡otra vez!. Se cayó mi Obi (cinturón) al suelo. Al agacharme a cogerlo, vi mi nombre grabado en japonés, en una de sus extremos. Mi cinturón negro vino de Japón, está bordado con mi nombre, es de seda negra y recuerdo que costó 12.000 ptas. De repente pasaron por mi cabeza, como si de una película se tratase, horas y horas de entrenamiento en el campo, momentos con mis compañeros, técnicas y más técnicas, los katas, los entrenamientos hasta la extenuación…Doce mil era una chufa en comparación con el esfuerzo que había supuesto poder llevar ese cinturón en las caderas. Esa noche volví al Dojo.
El karate do, como cualquier otra actividad sana, puede alejar a al gente de malos hábitos.
Mi Sensei (maestro) me han enseñado a superarme día tras día física y mentalmente. Me ha enseñado a dar masajes, a coordinar movimientos, a dar las gracias siempre al compañero que te ayuda, a no meterme en peleas (jamás he tenido que utilizar mis conocimientos con nadie) y por supuesto, a tomarnos unas cañas después de pegarnos una buena paliza. El karate do son muchas cosas, no solo saber atacar y defenderse.
Empecé con 20 años. Voy en mayo a cumplir los 38. Mi hija Irene de 6 no ha pardo de decirme que quiere ir conmigo a entrenar, hasta que la he llevado a ella también. Debe de ser un orgullo (como así me consta) para mi Sensei tener ahí dos generaciones juntas de karatekas. Casi todos mis compañeros también entrenan con sus hijos.
No recuerdo a veces ni que Dan (grado) soy. Ya hace tiempo que no me examino. Entreno porque me gusta, punto. Se que ahora estoy empezando a adaptar el karate do a mi cuerpo. Cuando eres principiante, debes de someterte a las técnicas tal y como te las dicen. Cuándo ya llevas en esto años, y sobre todo cuándo los años ya te atrapan, el karate do se adapta a tus posibilidades, y debes de empezar a desarrollar más tu mente, y no tu físico. La foto que ahí os dejo ya tiene sus años. No creo poder llegar a esa altura ahora…¿o quizá si?.