Indignados en el Parlament

Fito, ¿recuerdas el otro jueves lo que te decía en tu casa, acerca de los disturbios vividos en el Parlament catalán?. Yo no me expreso muy bien, aunque si sabes de que te hablaba, más cuándo te dije que si yo hubieses estado allí, algún "meco" se había llevado de mi parte alguno. Yo no soy violento, ellos con su poder si lo son, y ahí estamos años y años recibiendo hostias.

Pues bien, este chico expresa mucho mejor lo que te quería decir.
Escuchar.

Para meter a Arturo Mas con un elicóptero si hay dinero, para pagar alquileres de casas para dónde dormir, no.

SUPER-VÍDEO

Cómo no tienen para bolígrafos...¡Se los llevan!
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XXIV Marcha por la Discapacidad

Un año más la ciudad amurallada ha vuelto a celebrar, la que antes llamábamos la marcha de “pronisa”. Con un total de 1.300 participantes, esta marcha ya es un clásico en Ávila.

Cuándo yo iba de chaval eran 30 km que hacíamos con mucha ilusión todos los andarines.

Hace años que no participo, no por falta de ganas, pero si por causas que aquí no vienen al caso. Que envidia me daba ver llegar a los marchantes ayer. Niños, hombres, mujeres, mayores...Es un clásico que espero nunca se pierda.

La causa es más que justificada. Ayudar a nuestros discapacitados para hacerles la vida un poco menos difícil.

MENCIÓN ESPECIAL

Al igual que hace poco ponía a dos raperos como ejemplo y muestra de superación, no simpre tienen que ser famosos los que nos den el ejemplo.

MORIES
Este es cojonudo. El tío no sale a correr apenas, está rozando los 40 tacos, y llega ayer el día de la marcha, y completa el recorrido de 18,5 km a un ritmo de poco más de cinco minutos el kilómetro. ¡Le zumba el bolo!.

ADOLFO
Este si sale a entrenar, pero es que el viernes y el sábado andubo de celebraciones, y si le véis el sábado la cara que tenía era todo un poema.
Otro que se levanta, con sus 40 catañas y con dos bemóles, junto con el Mories, se hace la marcha a ese rito infernal.

Desde luego, ya podían amprender nuestra juventud un poco de los menos jóvenes.

¡¡¡FELICIDADES CHICOS!!!

FÁBULA

Les voy a contar una fábula que he leí en un libro, y que si la hubiese leído antes, me hubiera a buen seguro ayudado a no perder 6000€.
Un tren salía desde el valle de una colina, en dirección a un pueblecito precioso que había en la cresta de dicha colina. Muchos eran los que querían ver este maravilloso pueblo, decían que era algo idílico…
El tren arrancó, y a los pocos kilómetros de iniciar la subida, procedente del último vagón, se escuchaba la música de una charanga embaucadora. Los viajeros, picados por la curiosidad, se fueron levantando, y se dirigieron hacía aquél último vagón.
Allí estaba una charanga de cinco músicos, animando a la gente con sus instrumentos de cuerda y viento. ¡El ambiente era magnífico!. Había mujeres y hombres bailando, también habían llevado alcohol, alguna que otra banderita, confeti…¡Dónde íbamos a pasar mejor el largo viaje!.
El tren iba parando en diferentes pueblecitos, para recoger más viajeros. Los nuevos viajeros, al escuchar tanto estruendo, se acercaban a ese último vagón a incorporarse a la fiesta. La bebida y la comida corrían a raudales. Los hombres ya empezaban a abalanzarse sobre los escotes de las mujeres. El suelo del vagón ya estaba impregnado de alcohol, derramado por los empujones de los asistentes.
Cada vez que el tren paraba, subían más y más gentes, y más y más gentes se iban agolpando en los últimos vagones,
La fiesta era atronadora. Todo el mundo disfrutaba de dicha orgía. Y cada parada, ¡más gente!. Y cada vez, más borrachos, más euforia.
Al pronto el tren comienza a aminorar. El tren pierde velocidad a pasos agigantados. La gente de los vagones con la gran fiesta, ni se enteraban de que el tren estaba ya parado, en medio de la pendiente, y sin haber llegado al famoso pueblecito.
La máquina, ya machacada de tanto peso en su ascenso, comenzó a retroceder sobre su camino. Los fiesteros no se daban cuenta hasta que la velocidad ya era muy desmesurada. Ahí entró el pánico. Ya cundía el caos en los vagones. Los postes y el paisaje parecían pasar a velocidad luz desde las ventanillas de los vagones.
El griterío era ensordecedor. Empujones, golpes, nervios…Hasta que el tren por fin descarriló en una de la estaciones.
El panorama era desolador. Los supervivientes comenzaban a salir de entre el amasijo de hierros.
Un hombre, que según se levantaba de entre aquel destrozo, al levantar la vista, miró hacia el andén de la estación dónde se había detenido el tren. ¿Y adivinen a quién vio?.
Allí estaban con sus trajes blancos, sus sombreros, impecables y sin ningún rasguño, los músicos de la charanga, que se bajaron a los pocos kilómetros de iniciar el tren su viaje, y nadie lo advirtió.
Pues bien señores, esa fábula explica para que lo entienda un niño, lo que son los mercados, lo que es la BOLSA.
Recuerdo cuándo anunciaron la fusión de Terra-Lycos. Yo me subí en plena fiesta al tren, y no duré ni dos estaciones.