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lunes, 16 de julio de 2012

Km 0

Madrid, siempre me ha gustado esta ciudad. Por casualidades de la vida nací allí. De bien pequeño mis padres me trajeron a Ávila, aunque yo siempre he sabido que aquella tierra me fluía por las venas.
Más de adolescente nos escapábamos allí los de la pandilla. Bien para ver algún concierto, o el fútbol, de compras, o para pasar una inovolvidable noche de verano, ni de las que ni siquiera la costa española es capaz de ofrecerte, con mucho que se piense la gente.
Desde que me puse a salir con la chica que ahora es mi mujer (ya hace más de 10 años) he frecuentado y saboreado más esta mi tierra. Que si bien no puedo cambiarla por Ávila en calidad de vida, hay muchas veces que la echo de menos. Soy de asfalto y cristal, que vamos a hacer.
Una cosa que he  ido cambiando en mi vida, es en los despertares matinales del domingo. Antaño eran resacosos y veías la calle a partir de las 12h Ahora son madrugadores, para hacer deporte, o porque simplemente te acostaste a tu hora el sábado, y ya no quieres dormir más.
Madrid es una ciudad que ha visto guerra, y también grandes concentraciones por la paz. El pueblo madrileño, hermético y frío en sus desplazamientos diarios al trabajo, ha demostrado con creces muchas veces, que cuándo tiene que estar, está. No lo dudes.
Les pides que el domingo vayan todos a darse la mano, y formar un gran anillo, para reclamar los juegos olímpicos, y a la mañana siguiente tienes las calles hasta las cejas de gente estrechándose la mano. Se pidió sangre cuando los atentados del 11M, y tuvieron que parar las extracciones, porque ya sobraban voluntarios.
Si, es paradójico. Toda esa gente fría y escondida tras sus móviles, mp3 o libros, que apenas te dispensa una mirada en el bamboleo del vagón, mueven montañas si se lo proponen.
Recientemente los mineros se quedaban sorprendidos, como la capital les acogía. Allí que no hay ni una sola mina. Allí que vemos tanta gente trajeada yendo a sus oficinas a trabajar, les recibían  con cariño,  mostrándoles su apoyo, porque sabían que venían con la camisa negra, a luchar por sus trabajos.
Este fin de semana, los funcionarios. No les ha hecho ni falta que los sindicatos convoquen nada. La gente y las redes sociales se han encargado de organizar una de las dos movilizaciones acaecidas entre el sábado y le domingo.
Me gusta levantarme pronto, ir al kiosko de prensa, y dar un paseo mezclándonos los  madrugadores con la gente que regresa a casa, de la intensa noche madrileña.
Luego busco una sombra, en cualquier jardincillo, me siento, y observo. Me encanta observar el comportamiento humano. Este sábado, mientras mi hija jugaba ausente de toda esta crisis, con los demás niños en los columpios, los mayores iban bajando de sus casas. Unos bajan con sus hijos, otros con los perros, a por el periódico, a desayunar, a dar un paseo. Cada vecino parece haber hecho su plan sin contar con nadie, pero todos saben que han de reunirse en el sitio acordado, para verse, y comentar la situación.
Llegaron dos, se liaron a hablar de los recortes. Luego el grupo empezó a hacerse más nutrido. De repente habían unas 8 personas, representantes de varias capas de la sociedad: Jubilados, parados, funcionarios, indignados…Con la espontaneidad que caracteriza a las grandes ciudades, se sentaron en el suelo, y siguieron con el tema de los recortes. Una chica joven, iba buscando y corroborando datos con su móvil. Yo tenía unas ganas terribles de acercarme al grupo y participar. A buen seguro hubiese sido bien recibido, pero me daba vergüenza (esa que tenemos los que vivimos en las pequeñas ciudades) y me quede cerca escuchando, pero al margen.
Hablaban de cómo iban a llegar a fin de mes, de la hipoteca, de la pensión, del hartazgo de la situación y de que no veían solución posible. Daban sus soluciones. Esas que a todos se nos ocurren y que nunca los políticos toman. ¿Tan difícil será ?. Imagino que si, no creo que nos hagan pasar por esta situación por gusto.
Y ese es el comentario que hay ahora en cualquier parque, bar o esquina que dobles. Ya ni siquiera la crisis, ahora son los duros recortes que derivan de la misma.
Mientas sus señorías renuevan los ipad del palacio de los congresos, o van como Ana Botella a la peluquería todas la mañanas, acompañada de 3 coches oficiales. O simplemente se alegran de que los parados estén parados, pasándolas canutas…¡Que se jodan!. Yo he nacido en una familia de clase bien, y claro está que la vida siempre se me ha puesto cuesta abajo. No me ha faltado nunca de nada, y los que se quedan en casa sin buscar trabajo es por que quieren. La Srit Fabra, vive en su mundo, cono tantos y tantos.
¡Pero mucho ojito!. Y vuelvo a las andadas. Madrid, su pueblo, y todos los pueblos de España, dan la talla cuándo se les pide algo. Demuestran que tienen capacidad de organización sin políticos y sin cabecillas. A toda esta basura de incompetentes políticos os digo, el pueblo tiene un límite, no se os ocurra rebasarlo, pues entonces sentiréis su ira. Y entonces, volverá a arder Troya.

2 comentarios:

  1. Siento en las calles esa sensación, siento en la gente la ira por encima del dolor de la crisis y siento que algo va a pasar porque mucha gente ya no puede mas, no con los recortes o con los impuestos, mucha gente no puede mas con la mentira, la estafa y sobre todo el engaño. Se piensan que el pueblo es tonto y nada mas lejos, es pueblo es muy sabio.
    Esto saltara por los aires de una u otra manera y cuando eso ocurra, Madrid, como siempre, sera la cabeza que guiara la masa social del país, la capital que ejercerá como tal, el ejemplo que todas las demás seguirán y que nos llevaran a un cambio definitivo.
    Por aportar un dato curioso, baste decir que Alemania con casi el doble de población que España tiene 300.000 políticos menos.
    Los políticos NO son la solución, son la base del problema de éste país.

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  2. Gracias por tus comentarios, que aunque sean los únicos, engrandecen este humilde blog.

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